La luna está invisible. El cielo nocturno oscuro... estamos entrando en la oscuridad de la Luna...
La luna nos invoca para cerrar los ojos y mirar profundamente dentro.
Una fuerza gravítica natural nos permite hundir hacia nuestro centro... es no resistir y sumergirse.
¡Cuánto más profundo se hunde internamente, más oscuro se queda... cuanto más oscuro, más sensibles quedamos para abrirnos a una nueva visión!
Tocan los tambores... la Madre Tierra llama!
¡Sumergimos en la oscuridad silenciosa y sabia de nuestro útero... el útero de la Tierra!
En ese buceo entra en contacto íntimo con pedazos dormidos de nosotros mismos... tocamos nuestra esencia... rescatamos nuestras herencias... reconocemos nuestras memorias ancestrales... despertamos nuestros códigos de destino... descongelamos nuestras semillas de sueños y deseos ocultas... oímos las respuestas que buscamos...
Cuanto más oscuro, más podemos ver... como los ojos del búho de la noche profunda... con su visión sabia y apurada...
"Sólo por la noche es que podemos ver las estrellas", así dicen los mayas.
¡Cuánto más entrar en nuestra noche, más sensibles estamos para reconocer la claridad de nuestra naturaleza profunda!
La Luna Oscura precede algunas horas a la Luna Nueva... marca el final de un ciclo... para que otro renazca con la Luna Nueva...
